8 de abril de 2008

La ‘ecovivienda’ eficiente del siglo XXI

A los japoneses les preocupa –y mucho– cumplir con el Protocolo de Kioto. En primer lugar, porque están moralmente obligados a hacerlo por haberse firmado en su antigua capital imperial hace ahora 10 años; y además, porque el elevado confort tecnológico alcanzado no quieren reducirlo sino ampliarlo, aunque necesariamente con una mayor eficiencia energética de los aparatos.


A este doble reto responde la ‘Eco-house’, una vivienda unifamiliar prototipo de la firma Panasonic, empresa puntera de electrodomésticos y un sin fin de productos tecnológicos, que la mantienen en la vanguardia de las grandes compañías mundiales.

La ecocasa de Panasonic –que se puede visitar desde hace unos meses en el centro tecnológico de la empresa en Tokio– da respuesta a ese empeño de la sociedad japonesa de lograr más por menos, e ir ampliando la oferta tecnológica en los hogares. Si hace una década la gama de productos para el hogar era de 70 aparatos, se ha ampliado a 90 en este tiempo.

Según los responsables de la firma, vivir en una casa de estas características multiplica por cinco el factor de confort y eficiencia, mientras reduce el consumo de electricidad y agua, y por lo tanto las emisiones de dióxido de carbono (CO2) para producirla.

¿Cómo? El corazón energético de la Eco-house es una caldera de gas ciudad, que no sólo produce el agua caliente sanitaria y la que circula por el suelo radiante de la calefacción (Japón tiene un clima similar al de nuestro país), sino que aprovecha el calor para producir hidrógeno, disociando las dos moléculas de hidrogeno y la de oxígeno que contiene el agua.

Con este gas y una pila de combustible, que realiza el mismo proceso químico (hidrólisis) pero a la inversa, se logra directamente hasta un kilovatio de potencia eléctrica.

La caldera viene a producir la mitad de las necesidades eléctricas de la vivienda piloto, puesto que sólo en el momento en que hay personas en la casa y por tanto un más elevado consumo, es preciso echar mano del fluído eléctrico de la compañía.

A ese kilovatio se suma, además, la potencia suministrada por las placas solares fotovoltaicas situadas en el tejado, que vienen a cubrir las necesidades de otro 30% de las necesidades energéticas en electricidad. Asi que, tan sólo el 20% del consumo de electricidad es preciso comprarlo y pagarlo a la compañía suministradora de la electricidad.

Producir el 80% de la energía eléctrica en el propio lugar de consumo hace de la vivienda un hogar un 70% más eficiente, según las cuentas de la compañía, puesto que al autoabastecimiento energético se suman las ventajas de no tener que importar toda la energía con las pérdidas en la red que significa. Se añade que la producción propia, además de muy eficiente no emite ninguno de los otros gases de efecto invernadero.

Menos agua
El baño y la cocina, las dependencias de mayor consumo, cuentan con nuevos electrodomésticos capaces de consumir menos energía y agua. La ducha y la bañera –diseñadas para personas con discapacidad– vaporizan el agua, reduciendo su cantidad y aumentando el placer.

El inodoro, fabricado con nuevas resinas plásticas y cerámicas, y con un distinto flujo de agua que no precisa de presión, reduce a seis litros cada descarga, frente a los 14 normales.

En la cocina, el refrigerador reduce sus emisiones un 56%, gracias a un nuevo compresor, a la par que aumenta su tamaño interno al reducir el espesor de las paredes con un nuevo aislante más fino y eficaz.

El lavavajillas ahorra hasta un 17% de energía, a la vez que reduce el agua empleada. Y en cuanto a la lavadora, un tambor inclinado permite reducir la cantidad de agua un 30%, mientras que una bomba de calor de nueva tecnología, seca la ropa. El resultado es que es un 51% más eficiente que las normales.

Todas las dependencias cuentan con televisores de plasma, que en contra de lo que se piensa consumen prácticamente lo mismo que las de tubo, a igual tamaño. La tele central, de 103 pulgadas tiene una pantalla interactiva que permite ver la televisión, conectarse a internet, mantener una videoconferencia o controlar la domótica de la vivienda en su pantalla táctil.

En la casa ecológica de Panasonic todas las luminarias son de bajo consumo, lo que reduce un 81% el consumo. Un sistema automático de persianas permite filtrar la luz en los momentos programados. La azotea cuenta con un sistema de recogida de aguas para el riego del jardín.

Ya en el exterior, una farola fotovoltaica y eólica –con una cámara– mantiene vigilada la vivienda y reconoce a sus dueños por las señales del móvil.

La vivienda está construida en acero para hacerla resistente a los terremotos y las inclemencias, y aislada del exterior con vidrios de triple cámara y paneles aislantes de nueva manufactura.

Panasonic todavía no la ha puesto a la venta, pero se prepara para ello en el año 2010 –llave en mano– por un precio de 600.000 euros, sin contar el suelo.

La firma japonesa también es una compañía constructora de viviendas prefabricadas, a la vez que una colaboradora imprescindible de todos los sectores industriales, incluido el del automóvil. La batería del híbrido Prius de Toyota la produce esta compañía. Panasonic se ha propuesto reducir en 300.000 toneladas sus emisiones de CO2 en los próximos tres años.

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